.Coldplay. Fix You (Te confortaré)  

 

«este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten»

 
  

 
 
 
 
 
 
Lectura del libro del Génesis

En aquellos días, el Señor dirigió a Abrán, en una visión, la siguiente palabra:
«No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y tu paga será abundante». Abrán contestó: «Señor Dios, ¿qué me vas a dar si soy estéril, y Eliezer de Damasco será el amo de mi casa?». Abrán añadió: «No me has dado hijos, y un criado de casa me heredará».
Pero el Señor le dirigió esta palabra: «No te heredará ese, sino que uno salido de tus entrañas será tu heredero».
Luego lo sacó afuera y le dijo: «Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas». Y añadió: «Así será tu descendencia». Abrán creyó al Señor y se le contó como justicia.
El Señor visitó a Sara, como había dicho. El Señor cumplió con Sara lo que le había prometido. Sara concibió y dio a Abrahán un hijo en su vejez, en el plazo que Dios le había anunciado. Abrahán llamó Isaac al hijo que le había nacido, el que le había dado Sara.

Gén 15,1-6;21,1-3

Salmo Responsorial

R. El Señor es nuestro Dios,
se acuerda de su alianza eternamente.

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas.  R

Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,

buscad continuamente su rostro. R

Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca.
Estirpe de Abrahán, su siervo;
¡Hijos de Jacob, su elegido! R

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R

Sl 104,1-2.3-4.5-6.8-9 (R.: 7a.8a)

Lectura de la carta a los hebreos
Hermanos:
Por la fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba. Por la fe también Sara, siendo estéril, obtuvo vigor para concebir cuando ya le había pasado la edad, porque consideró fiel al que se lo prometía.
Y así, de un hombre, marcado ya por la muerte, nacieron hijos numerosos, como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Por la fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac: ofreció a su hijo único, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: «Isaac continuará tu descendencia». Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para resucitar de entre los muertos, de donde en cierto sentido recobró a Isaac.

He 11,8.11-12.17-19

Lectura del santo Evangelio según San Lucas

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».
Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos “han visto a tu Salvador”, a quien has presentado antes todos los pueblos: “luz para alumbrar a las naciones” y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día.
Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

Lc 2,22-40

"Els meus ulls han vist el Salvador"

Avui la litúrgia ens convida a tenir una mirada de fe sobre el misteri que anem contemplant aquests dies de Nadal. Ho diu clarament la carta als hebreus: Gràcies a la fe, Abraham... obeí a la invitació d’anar-se’n a la terra que havia de posseir; gràcies a la fe... Abraham, obtingué la capacitat de fundar un llinatge, tot i la seva edat avançada; i és que va creure en la fidelitat de Déu. Per això d’un sol home, ja caduc, en nasqué una descendència tan nombrosa com les estrelles del cel. Aquest text fa referència al que hem llegit a la primera lectura: El Senyor li va fer sentir la seva paraula [a Abraham]: No serà pas aquest el teu hereu: serà el fill que naixerà de tu. Després el Senyor el va fer sortir a fora i li va dir: Mira el cel i posa’t a comptar les estrelles, a veure si les pots comptar; doncs així serà la teva descendència. Abraham cregué en el Senyor... Sara va concebre i va donar un fill a Abraham... just al temps que Déu li havia predit. Déu sempre és fidel a la seva paraula i d’un home caduc pot fer néixer una gran descendència. Abraham es fià de Déu. Va creure que podia fer allò que humanament era impossible.
Però el descendent per excel·lència d’Abraham és Jesús. Ens cal també la fe per a descobrir-lo. Els pares de Jesús, plens de fe, el portaren a Jerusalem per presentar-lo al Senyor. I allí un home, ple de fe, com Simeó descobreix en Jesús el Messies que havia de veure abans de morir segon la revelació de l’Esperit Sant. Proclama: Ara Senyor, deixeu que el vostre servent se’n vagi en pau com li havíeu promès. Els meus ulls han vist el Salvador. El mateix fa Anna, profetessa: Donava gràcies a Déu i parlava del nen a tots els qui esperaven el temps en què Jerusalem seria redimida. Un cop més, Déu fa allò que humanament és impossible. Ells creien en les promeses de Déu, eren homes i dones de fe i van saber descobrir en aquell infant, semblant a altres infants al Sal­vador, al Redemptor. Només per la fe descobrirem en l’infant de Betlem, aparentment un nen com els altres, al Déu fet home, al Salvador del món.

Mn.Jaume Pedrós

Música Sacra

Con el nombre de Música Sacra agrupamos las obras musicales cristianas que a lo largo de la historia han creado los grandes compositores para destacar la obra de Dios. Nació en Europa en la Alta Edad Media con los ritos cristianos en el ámbito de las iglesias. Los antiguos cantos medievales dieron paso a las Misas y Cantatas del Barroco.

La época dorada de la música religiosa se inicia con los cantos gregorianos, alcanzan la mayoría de edad con Johann Sebastian Bach, continúa con Mozart y finaliza con las Misas de Beethoven. Mas tarde la musica sagrada deja de tener tanta importancia en la vida social y los compositores se acuerdan de ella excepcionalmente.

Glória de Vivaldi

Réquiem de Mozart Passió segons sant Joan. Bach
El Messies de Händel I El Messies de Händel II El Messies de Händel III
La Passió segons sant Mateu I La Passió segons sant Mateu II Messa da Réquiem de Verdi


 

  

 

 
 
 
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